Aprende a usar el tiempo en los aspectos prácticos
de tu vida —podemos denominarlo el «tiempo del reloj»—, pero regresa
inmediatamente a la conciencia del presente cuando esos asuntos prácticos estén
resueltos. Así no habrá una acumulación de «tiempo psicológico», que es la
identificación con el pasado y la continua proyección compulsiva hacia el
futuro.
Si te marcas un objetivo y avanzas hacia él, estás
usando el tiempo del reloj. Eres consciente de adonde quieres ir, pero valoras
y das la máxima atención al paso que estás dando en este momento. Si te centras
excesivamente en el objetivo, quizá porque estás buscando la felicidad, la
realización, o completar tu sentido de identidad, dejas de honrar el ahora.
Entonces se queda reducido a un simple paso intermedio sin valor intrínseco que
te permite acceder al futuro. El tiempo del reloj se convierte en tiempo
psicológico. Tu camino de vida deja de ser una aventura y se reduce a una
necesidad obsesiva de llegar, de alcanzar, de «lograrlo». Dejas de mirar y de
oler las flores que están a los lados del camino y dejas de interesarte por la
belleza y el milagro de la vida que se desarrolla a tu alrededor cuando estás
presente en el ahora.
¿Estás siempre tratando de llegar a otro lugar
distinto de donde estás? ¿Son la mayoría de tus acciones sólo un medio para
conseguir un fin? ¿Pospones siempre la satisfacción o la reduces a breves
placeres como el sexo, la comida, la bebida, las drogas o las emociones
intensas y la excitación? ¿Estás siempre centrado en conseguir, alcanzar y
llegar a ser, o, alternativamente, estás siempre buscando una nueva emoción o
placer? ¿Crees que si adquieres más cosas te sentirás más realizado, serás lo
suficientemente bueno o estarás psicológicamente completo? ¿Esperas que un
hombre o una mujer dé sentido a tu vida?
En el estado de conciencia normal, es decir, no
iluminado, el poder y el infinito potencial creativo que residen en el ahora
quedan totalmente oscurecidos por el tiempo psicológico. Tu vida pierde la
cualidad vibrante, la frescura, la maravilla. Las viejas pautas de pensamiento,
emoción, conducta, reacción y deseo se expresan en acciones absolutamente
repetitivas; son un guión mental que te da una especie de identidad, pero
distorsiona o encubre la realidad del ahora. A continuación la mente crea una
obsesión en la que el futuro sirve para escapar de un presente insatisfactorio.
Lo que percibes como futuro es parte intrínseca de
tu estado de conciencia ahora. Si tu mente lleva una pesada carga del pasado,
experimentarás más de lo mismo. El pasado se perpetúa a sí mismo por la falta
de presencia. La calidad de tu conciencia en este momento es lo que conforma el
futuro, que, por supuesto, sólo puede ser experimentado como el ahora.
Y si la calidad de tu conciencia en este momento es
lo que determina el futuro, ¿qué determina la calidad de tu conciencia? El
grado de presencia que tengas. Por tanto, el único lugar donde puede ocurrir el
verdadero cambio y donde puede disolverse el pasado es el ahora.
Quizá te cueste reconocer que el tiempo es la causa
de tus sufrimientos y de tus problemas. Crees que están causados por
situaciones específicas de tu vida, y desde el punto de vista convencional eso
es verdad. Pero hasta que no enfrentas la disfunción fundamental de la mente
—su apego al pasado y al futuro y su negación del ahora—, en realidad los
problemas son intercambiables.
Si hoy desaparecieran milagrosamente de tu vida
todas las causas de sufrimiento o infelicidad, pero no estuvieras más presente,
más consciente, pronto te encontrarías con una serie de problemas similares, como
una sombra que sigue tus pasos. En último término sólo hay un problema: la
mente ligada al tiempo.
En el tiempo no hay salvación. No puedes ser libre
en el futuro.
LA PRESENCIA ES LA LLAVE de la libertad, de modo que sólo puedes ser libre
ahora.
ENCUENTRA LA VIDA SUBYACENTE EN TU SITUACIÓN DE VIDA
En lugar de hablar de tu «vida» deberías ser más
preciso y hablar de tu «situación de vida», que está hecha de tiempo
psicológico: pasado y futuro. Ciertas cosas del pasado no fueron como deseabas.
Aún sigues resistiéndote a lo ocurrido en el pasado, y ahora te estás
resistiendo a lo que es. Lo que te hace seguir adelante es la esperanza, pero
la esperanza hace que estés enfocado en el futuro, y ese enfoque permanente
perpetúa tu negación del ahora y, por tanto, tu infelicidad.
OLVÍDATE DE TU SITUACIÓN DE VIDA durante un tiempo y presta atención a tu vida.
Tu situación de vida existe en el tiempo. Tu vida es
ahora.
Tu situación de vida es un asunto mental. Tu vida es
real.
Encuentra la «puerta estrecha que conduce a la
vida». Se llama el ahora. Reduce el ámbito de tu vida a este momento. Tu
situación de vida puede estar llena de problemas —como lo están la mayoría de
ellas—, pero averigua si tienes algún problema en este momento. No mañana, ni
dentro de diez minutos, sino ahora. ¿Tienes un problema ahora?
Cuando estás lleno de problemas no hay espacio para
que pueda entrar nada nuevo, no hay lugar para una solución. Por eso, cuando
puedas, date espacio, crea el espacio que te permita encontrar la corriente de
vida que subyace a tu situación de vida.
EMPLEA TUS SENTIDOS
PLENAMENTE
Trata de estar donde estás. Mira a tu alrededor.
Simplemente mira, sin interpretar. Observa la luz, las formas, los colores, las texturas. Sé consciente
de la presencia silenciosa de cada cosa. Sé consciente del espacio que permite
que cada cosa sea.
Escucha los sonidos; no los juzgues. Escucha el
silencio debajo de los sonidos. Toca algo, cualquier cosa, y siente y reconoce
su Ser.
Observa el ritmo de tu respiración; siente cómo
fluye el aire dentro y fuera, siente la energía de vida dentro de tu cuerpo.
Permite que todo sea, tanto dentro como fuera. Permite y reconoce la «cualidad»
de las cosas. Entra profundamente en el ahora.
Estás dejando atrás el mundo mortecino de la
abstracción mental, del tiempo. Estás saliendo de la mente alocada que agota tu
energía de vida, del mismo modo que está envenenando y destruyendo la Tierra.
Estás despertando del sueño del tiempo al presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario