Cuando te sorprendas cayendo en el estado de
espera... sal de inmediato. Ven al momento presente. Simplemente sé y disfruta
siendo. Si estás presente no tienes ninguna necesidad de esperar.
Así, la próxima vez que alguien te diga: «Siento
haberte hecho esperar», puedes responder: «No te preocupes. No estaba
esperando. Simplemente estaba aquí, disfrutando, contento de estar conmigo
mismo.»
Éstas son algunas de las estrategias mentales para
negar el momento presente que forman parte de nuestra inconsciencia ordinaria.
Resulta fácil pasarlas por alto porque son parte de la vida cotidiana: el ruido
de fondo del descontento perpetuo. Pero cuanto más te dediques a hacer un
seguimiento de tu estado interno emocional y mental, antes sabrás que te has
dejado atrapar en el pasado o en el futuro, es decir, en la inconsciencia, y
más rápido despertarás del sueño del tiempo al presente.
Pero ten cuidado: el falso yo infeliz, basado en la
identificación con la mente, vive en el tiempo. Él sabe perfectamente que el
momento presente supone su muerte y se siente amenazado. Hará todo lo que pueda
por sacarte del ahora. Intentará mantenerte atrapado en el tiempo.
En cierto sentido, el estado de presencia puede ser
comparado a una espera. Se trata de un tipo de espera completamente distinto
que requiere que estés plenamente alerta. Algo podría ocurrir en cualquier
momento, y si no estás absolutamente alerta, absolutamente en calma, te lo vas
a perder. En ese estado, toda tu atención está en el ahora. No te queda nada de
atención para soñar despierto, pensar, recordar, anticipar. En esa espera no
hay tensión ni miedo; sólo una presencia alerta. Estás presente con todo tu
Ser, con cada célula de tu cuerpo.
En ese estado, el «tú» que tiene un pasado y un
futuro, al que solemos dar el nombre de personalidad, apenas está presente. Sin
embargo, no se pierde nada de valor. En esencia, sigues siendo tú mismo. De
hecho, eres más plenamente tú mismo que nunca o, más bien, sólo ahora eres
verdaderamente tú mismo.
EL
PASADO NO PUEDE SOBREVIVIR EN TU PRESENCIA
Los desafíos del presente sacarán a la luz lo que
necesites saber de tu pasado inconsciente. Si te sumerges en el pasado, se
convertirá en un pozo sin rondo: siempre hay más. Puede que pienses que
necesitas más tiempo para entender el pasado o para liberarte de él; en otras
palabras, puede que pienses que el futuro acabará liberándote del pasado. Pero
eso es una ilusión. Sólo el presente puede liberarte del pasado. Ahondar en el
tiempo no puede liberarte del tiempo.
Accede al poder del ahora: esa es la clave. El poder
del ahora no es más que el poder de tu presencia, tu conciencia liberada de las
formas del pensamiento. Así que afronta el pasado desde el presente. Cuanta más
atención concedes al pasado, más lo energetizas, y más probable es que te
construyas una «identidad» con él.
Entiéndeme bien: la atención es esencial, pero no al
pasado como pasado. Presta atención al presente; presta atención a tu
comportamiento, a tus reacciones, estados de ánimo, pensamientos, emociones,
miedos y deseos, tal como surgen en el presente. Ellos son el pasado en ti. Si
puedes estar suficientemente presente como para observarlos, sin criticarlos ni
analizarlos, sin juicio alguno, entonces estás afrontando el pasado y
disolviéndolo con el poder de tu presencia.
No puedes encontrarte volviendo al pasado. Te
encuentras viniendo al presente.
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