Hasta la más leve irritación es significativa y
tiene que ser reconocida y registrada para que no haya una acumulación de
reacciones no observadas.
Es posible que al darte cuenta de que no quieres
tener ese campo energético negativo en tu interior, de que no tiene ningún
propósito, simplemente renuncies a él. Pero, si es así, asegúrate de soltarlo
completamente. Si no puedes hacerlo, acepta que está ahí y lleva tu atención a
la sensación.
COMO ALTERNATIVA, PUEDES
HACER DESAPARECER LA EMOCIÓN
NEGATIVA imaginándote que te has vuelto
transparente a la causa externa de esa reacción.
Te recomiendo que al principio lo practiques con
cosas pequeñas, incluso triviales. Digamos que estás tranquilamente sentado en
tu casa. De repente oyes el sonido penetrante de una alarma de automóvil que
suena en la calle. Surge la irritación. ¿Qué propósito tiene esa irritación?
Ninguno en absoluto. ¿Por qué la has creado? No la has creado, la ha creado tu
mente. Ha sido una reacción totalmente automática, totalmente inconsciente.
¿Por qué la ha creado la mente? Porque cree
inconscientemente que esa resistencia, que tú experimentas como negatividad o
infelicidad, disolverá en cierto modo la situación indeseable. Esto,
evidentemente, es una ilusión. La resistencia creada por la reacción —la
irritación o el enfado, en este caso— es mucho más molesta que la causa
original que está tratando de disolver.
Todo esto puede transformarse en una práctica
espiritual.
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