Toda resistencia interna se experimenta como
negatividad de uno u otro tipo. Toda negatividad es resistencia. En este
contexto, ambas palabras son casi sinónimas.
La negatividad va desde la irritación o la
impaciencia hasta la ira encendida, desde el estado de depresión anímica o
resentimiento hasta la desesperación suicida. A veces la resistencia activa el
cuerpo-dolor emocional y, en tal caso, cualquier roce sin importancia puede
producir una intensa negatividad en forma de ira, depresión o una pena muy
honda.
El ego cree que puede manipular la realidad mediante
la negatividad y conseguir lo que quiere.
Cree que la negatividad le permite atraer un estado
agradable o disolver un estado desagradable.
Si «tú» —la mente— no creyeras que la negatividad
funciona, ¿para qué habrías de crearla? La cuestión es que, de hecho, la
negatividad no funciona. En lugar de atraer un estado deseable, más bien le
impide emerger. En lugar de disolver un estado indeseable, lo mantiene en su
lugar. La única «utilidad» de la negatividad es fortalecer el ego, y por eso al
ego le encanta.
Cuando estás identificado con una emoción negativa
no quieres soltarla, y en algún profundo nivel inconsciente no deseas un cambio
para mejor porque pondría en peligro tu identidad de persona deprimida,
enfadada o maltratada. Entonces ignorarás, negarás o sabotearás lo positivo de
tu vida. Éste es un fenómeno bastante común. Y una locura.
OBSERVA CUALQUIER PLANTA O
ANIMAL Y PERMITE QUE TE ENSEÑE A
ACEPTAR LO QUE ES, a rendirte al
ahora.
Deja que te enseñe a Ser. Deja que te enseñe
integridad, qué significa ser uno mismo, ser real.
Deja que te enseñe a vivir y a morir, y a no hacer un problema de la vida y de la muerte.
Las emociones negativas recurrentes contienen a
veces un mensaje, como también lo contienen las enfermedades. Pero cualquier
cambio que introduzcas, tanto si tiene que ver con tu trabajo como si afecta a
tus relaciones o a tu entorno, será superficial a menos que surja de un cambio
en tu nivel de conciencia. Y en cuanto a eso sólo puedo aconsejarte una cosa:
mantente más presente. Cuando hayas alcanzado cierto grado de presencia, ya no
necesitarás que la negatividad te indique qué necesita tu situación de vida.
Pero mientras la negatividad esté ahí, úsala. Úsala
como recordatorio de que has de estar más presente.
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